ACOSO
Estamos viendo una serie ficticia sobre Leonardo da Vinci y yo que lo aprovecho todo empiezo a contarle sobre este personaje.
Entonces sin darle mayor importancia al contenido de su discurso me suelta: “¿tú le has dicho a una madre que soy superdotado? Un niño de mi clase dice que se lo dijiste a su madre y ahora cada vez que me equivoco en algo me suelta: tú no eres superdotado, eres supertonto”.
Me quedo mutis. Me invade la rabia pero me puede la curiosidad y tras levantarme varias veces y hacer un kilómetro por mi salón de 5 m2 le bombardeo a preguntas: “¡¡Cuéntame!! ¿Cómo ha sido?”
“Ya me lo había dicho antes pero solo él, ahora es que me lo dice con varios. Hoy me equivoqué y me lo soltó delante de toda la fila en la que se sienta y entonces se acercaron los demás y empezaron a decirme eso. Yo les contesté que ser superdotado no es ser perfecto, yo me puedo equivocar, me equivoco todos los días y no pasa nada” como me dices tú mamá, me acentúa.
Estoy indignada, cojo el teléfono por llamar a esa madre que se le ha olvidado que debe educar a sus hijos en el respeto al otro, vuelvo a hacer un kilómetro entre mi salón y mi cuarto, me siento, borro el WhatsApp que estaba empezando y mirándole fijamente le digo: “Vamos a ver Pedro a ti te dijo que eras superdotado un médico con 5 años de estudios 3 de especialización y más de 30 de experiencia, ese crio tiene 7 u 8 años y sin estudios ni pruebas sentencia que eres supertonto, que no puedes ser superdotado porque te equivocas y ¿tú vas y le crees?”.
“No pero me molesta, no entiendo por qué se meten conmigo”, me responde.
Mi hijo tenía que saber que era superdotado, se lo dijo el médico que lo detectó, después se lo explicó detalladamente la orientadora del colegio que también lo valoró, y a cada pregunta que tiene intentamos darle respuesta en casa porque si no, se sentirá distinto y no sabrá por qué y no sabrá si es bueno ser como es o debe cambiar para adecuarse a la mayoría.
No escondo que es superdotado, lo mismo que no escondo que tengo un hermano con discapacidad o que yo padezco de vértigos migrañosos, a veces surge la conversación porque un completo extraño me traslada su percepción sobre él al escucharle hablar y yo la afirmo, y otras, la mayoría, porque por mi titulación me consultan sobre las necesidades de familiares con algún síndrome o trastorno o posible y cuando llega el desahogo les explico que raros somos todos y que necesidades específicas tenemos todos, unos en mayor y otros en menor medida, pero todos al fin y al cabo.
Quiero normalizar la situación,… sí, Pedro es superdotado pero ello no le hace perfecto, no le hace mejor ni tampoco peor, puede ser ingeniero pero seguramente acabe como ilustrador de cómic o probador de juegos de ordenador y espero que nada de esto le defina, que nada lo haga más grande ni más pequeño, yo lo que quiero es que se defina como aquél que fue feliz.
Así que como yo no voy a cambiar el mundo porque el que es lechón se muere cochino, dejo la rabia, el WhatsApp y la posibilidad de una llamada y me dedico a enseñar a mi hijo a tener armas contra el abuso pues nadie va a hacer nada por él que no haga primero él por sí mismo.
“A ver Pedro, hay mucha gente que no sabe lo que es superdotado, tú lo sabes porque te lo hemos explicado en el médico, en el cole y en casa, pero hay gente que no solo no se lo explican si no que cuando lo hacen, lo hacen mal, así que tu respuesta está muy bien, a sus insultos sigue diciéndole eso que tú eres superdotado, no perfecto y que seas lo que seas no debe insultarte e ipso facto comunícaselo a tu tutor” le digo. “Y no dejes que te afecte. ¿Sabes por qué sabemos que la tierra es redonda?… porque un solo hombre confió en sí mismo respecto a una mayoría y con su confianza demostró tener razón, tú…”
“¡¡Como ese que le contestó a 100 que estaban equivocados ¿no mamá? ¿quién era ese?!!” me corta.
Durante el nazismo, en 1931, con la finalidad de desprestigiar a Einstein por ser de origen judío, se compilaron en el libro Hundert Autoren Gegen Einstein (“Cien autores contra Einstein”) las opiniones de 100 científicos que contradecían sus investigaciones.
A Albert le preguntaron sobre su parecer y respondió: “¿Por qué cien? ¡Si yo estuviese equivocado haría falta sólo uno!”
Le respondo: “Ese fue Einstein y sí, como él y como tantos otros que siendo unos perros verdes, vapuleados y ninguneados, se aferraron a sí mismos, a sus principios y se quisieron y si se cayeron, se levantaron. Lo que quiero decirte es que aunque te traten como la persona más rara del mundo, aunque te insulten por ello, si a ti te gusta como eres, no dejes de quererte porque si lo haces, seguramente te convertirás en lo que quieren los demás, en una mentira y no serás feliz y …”.
“A mí me gusta como soy mamá… ¿puedo dormir hoy contigo y me cuentas más cosas de gente que se sentía sola?” me insta.
Y yo lo miro y veo en sus ojos ese miedo al acoso, al vilipendio por sus rarezas y a la consecuente soledad por la que me pregunta y vislumbro esas ganas que me muestra de tener bazas si no para superarlo, para ser valiente, y tras que se duerme, me pongo con este artículo, con otro para su libro, ese que escribo desde que lo llevaba en la barriga, y escribo otro para mí, uno que habla de ante la exclusión, ante la soledad, si a tí te gusta lo que ves en el espejo, QUIÉRETE y SIGUE CAMINANDO sin dejar de intentar alcanzar los propósitos propios.
Comentario Solo puedo decir que no me gustaría estar en tu lugar. Es mucha la responsabilidad de los padres como educadores, orientadores y pilar de apoyo.
Me encanta que dialoges con tu hijo sobre el tema y también le hagas partícipe de tu inquietud, pero sobre todo, exponer el tema con naturalidad, comprensión y cariño
Tema difícil para tratar con mucho tacto.
Te felicito
Gracias por leerme y compartir. Mucha responsabilidad, tema difícil, …sí, pero aprovecho para comentar que altamente gratificante ser madre, sentir el afecto de un hijo, caminar con él, equivocarse y moldearse en función de esos errores, aprender, …
Se me han saltado las lágrimas! Un beso guapa
Besos también para tí. Gracias por leerme y compartir.
Ana, eres GENIAL! Pedro un niño maravilloso! Para las mamás y papás de los niños irrespetuosos: enseñarle a vuestros hijos a NO ENVIDIAR.BSSSSSS
Estoy contigo. Enseñad que la felicidad está en cada uno, que depende de cado uno. Así se dejaría de envidiar, de desear lo que tienen otros porque se crea que así se alcanzará la felicidad. Besos y gracias por compartir