UNA CABEZA NORMAL
Hace años que conozco un chaval con altas capacidades que ahora está estudiando en la universidad bioquímica.
De vez en cuando me llama para contarme-desahogarse-buscar comprensión.
Él tiene una forma de hacer las cosas.
Cuando era alumno mío, venía a veces frustrado porque no había sacado la nota que él esperaba en un examen, generalmente de ciencias, los de letras, como que le afectaban menos.
Se daba siempre la misma situación: la solución era la correcta pero el procedimiento que seguía no era el GENERAL, él había llegado al mismo resultado de una forma más rápida y eficaz que la vista en clase.
Peeeero… no le habían valorado el resultado en positivo sino ese procedimiento divergente en negativo.
Era una faena tener que decirle que tenía que hacer el procedimiento como la mayoría para sacar la nota que él se merecía.
Lo aprendía, lo hacía y la sacaba.
Pero cada vez que empezaba un nuevo tema, su cabeza volvía a actuar de la forma natural en la que su pensamiento opera: diverge de lo general.
Y volvíamos a atender la frustración y a trabajar para dar al profesor aquello que quiere para que le pusiera la nota merecida.
Esto era, esto es… fatigoso.
No he conocido ningún inventor, científico, epidemiólogo, físico, químico, ingeniero, médico, psicólogo, ambientólogo, matemático, economista o biólogo que haya hecho avanzar a la humanidad siguiendo un proceder GENERAL, todos divergian, se salían de lo estipulado y así descubrían el rodio, una especie anterior al australopitecos, las sucesiones por el increíble Gauss, …
Quizás esa es la maldición de la inteligencia, siempre lo van a tachar de hacerlo mal porque hacerlo bien significa hacerlo como el resto y el 98% de la población es un resto muy grande como para que el 2% se imponga, al menos de inmediato, harta pena que el reconocimiento llegue tras la reprimenda y pasado el tiempo, cuando el matemático general ha operado hasta la saciedad y descubierto que 1+2+3+4 +…200 no requiere ir sumando a sumando sino divergir hasta hallar una fórmula perfecta, rápida y eficaz.
Estoy cansada, no harta ni enfadada, sólo cansada. Porque se olvida el daño al que no resuelve situaciones como la generalidad. Están resueltas de forma distinta pero no como lo haría la generalidad. Pero es eternamente juzgado con la valoración de «mal» cuando no está mal, sólo es distinto, la solución es la correcta y eficaz, y esa valoración injusta le dañó hasta el punto de que odió esa su cabeza que no podía, que no puede cambiar.
¡Ya quisiera haber nacido con una cabeza normal!
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