LA PERCEPCIÓN PROPIA Y LA AJENA
Por tus palabras y tus hechos serás juzgado, le dijeron. Y Sócrates respondió: sólo yo puedo juzgarme a mí mismo pues sólo yo me conozco y sé la motivación de mis actos, pero lo acepto, procedan a equivocarse. Y se equivocaron. Y él lo aceptó, aunque podía haber huido. Cuando estudiaba Filosofía en Granada, qué buen tiempo aquél, había algo que me desconcertaba. Cada vez que estudiabas a un filósofo escuchabas la interpretación de sus textos y tú misma interpretabas y cada noche me acostaba pensando si sería acertado aquello que pensaba que quería decir aquel genio que sólo me dejó palabras. No puedes saberlo, descubrí. Con pesar, acepté que nunca puedes conocer a nadie igual que te conoces a tí mismo. ¡Hay tantas variables!. Si tienes un mal o buen día, si se...
ACOSO
Estamos viendo una serie ficticia sobre Leonardo da Vinci y yo que lo aprovecho todo empiezo a contarle sobre este personaje. Entonces sin darle mayor importancia al contenido de su discurso me suelta: “¿tú le has dicho a una madre que soy superdotado? Un niño de mi clase dice que se lo dijiste a su madre y ahora cada vez que me equivoco en algo me suelta: tú no eres superdotado, eres supertonto”. Me quedo mutis. Me invade la rabia pero me puede la curiosidad y tras levantarme varias veces y hacer un kilómetro por mi salón de 5 m2 le bombardeo a preguntas: “¡¡Cuéntame!! ¿Cómo ha sido?” “Ya me lo había dicho antes pero solo él, ahora es que me lo dice con varios. Hoy me equivoqué y me lo soltó delante de toda la fila en la que se sienta y entonces se acercaron los...
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