LA SEMILLA DE MAMÁ, DE PAPÁ

LA SEMILLA DE MAMÁ, DE PAPÁ

 

Coge una semilla de aguacate.

Siembra esta en una maceta en tu casa.

Propicia que tenga la adecuada agua y luz.

 

Coge una semilla de aguacate.

Siembra esta en la sierra.

Favorece que tenga luz y agua.

 

De ambas pueden salir árboles que den otros aguacates.

 

La que está a la intemperie puede echar más raíces que la que está limitada por la maceta. No tienes la posibilidad de verla a todas horas, por encontrarse lejos de tu casa, pero cuando vayas te mostrará qué le falta,… OBSERVA si está seca o amarilla y podrás dárselo. Si supera la ventisca, el que se coman sus brotes, ten por seguro que crecerá un árbol grande, fuerte y predecesor de otros.

 

La que tienes en casa no puede ser muy grande, la limita la maceta. Igual puede palidecer, secarse o llenarse de pulgones aún observándola a diario. También puede ser devorada o sacada del tiesto por el gato del vecino que afiló sus garras en la tierra. Ósea que no la salvas. Aunque si supera todo esto, también es seguro que crezca y que resulte de ella un árbol que dé frutos.

 

¿Cuál entonces es?

 

Las dos son semillas, pero no la misma. Las dos son árboles en potencia, pero recuerda la limitada por la maceta, aquella que tú ceñiste sus raíces a ese tiesto que queda bien en tu casa y que al tener cerca, te calma. Recuerda que es tu calma, por tu calma, incoherente calma, pues no la salvas. Esa semilla no será lo que puede llegar a ser, sólo lo que tú le dejas que sea.

 

¿Qué tienes pues?

 

Tienes una semilla.

 

Coge TU semilla de aguacate, sé que cuesta desprenderse de ella, depositarla en la tierra, sabiendo que habrá días que no la verás, perros que le pueden mear o senderistas que la pisen por no saber qué es, que está. Y ahora,…

 

Ahora suéltala, es una semilla, tiene, está preparada para crecer… para ser… pero sólo lo que tú le permitas que sea.

 

Y no, a mí no me digas dónde la soltaste, pues hoy no puedo atenderte, tengo que ir a regar y ver qué demandan mis dos arbolitos de sierra.

 

        dibujo cedido por Paula Martínez San José
 

Somos un bloque de barro compuesto,
Una masa diferenciada,
Unos más duros, otras más elásticas,
No definida hasta ser moldeada.

 

Per se seguirás existiendo,
Y tanto si tomas forma como si quedas masa,
Exhibirás por dónde te resquebrajas,
Mostrarás cuándo te falta agua.

 

Implorando a un imaginero,
Que con martillo y cincel talla,
Repare tus alas,
Para constituir tu estampa.

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