LA EDAD.-
Otro puto número. Por qué el ser humano DIVIDE por números. Porque por algo hay que dividir… ¿? He conocido niños y niñas (ahí está Carla, Sarah, Sofía, Mariajo, mi pelirroja, Manar,…) con una capacidad inmensa de entender, comprender el mundo con ojos de anciano, con una visión tan amplia y precisa de la realidad que no aprecias el tiempo que llevan en el mundo a la par que te alegras por saber que aún tienen mucho tiempo para cambiar las cosas en el. Por contra, me he topado con verdaderos topos, ciegos a pesar de sus años, que justifican su «sapiencia» con «tengo muchos días de vida». De corazón latiendo sí, de aprendizajes adquiridos no y de visión coherente tampoco, dan ganas de decirles; pero para qué, si van a justificar sus carencias con...
LA SOPA DE PIEDRAS
No decimos lo que pensamos. Bueno, yo no lo decía. Hace tiempo que dejé que mis pensamientos llenasen mi boca de palabras o mis WhatsApp de mensajes. A veces, crees que es suficiente con querer a los hijos, hacer cosas por ellos, que lo verán… Pero no, no es suficiente, tienes que decirles qué sientes, qué piensas para que no se lo imaginen, sino que lo sepan. Os comparto un artículo al respecto que me publicaron el 15/08/2018: https://www.diariocordoba.com/opinion/2018/08/15/educacion-emocional-36383999.html Tenemos demasiados tabús emocionales. Todavía hay quién se extraña cuando le doy un abrazo. Todavía hay quién me dice: “no sabía que eras así”. Así cómo, me pregunto a veces. Nos han moldeado como guerreros con armadura y escudo. Nos han dicho:...
LA BELLEZA ESTÁ EN LA PERFECCIÓN MÁS IMPERFECTA.
Cuando nos hacen daño, el primer sentimiento que aparece es el coraje. Hay que superarlo. Puedes buscar mantenerte ocupad@, centrarte en todo lo que tienes y no en lo que pierdes y luchar porque ese sentimiento no se apodere de ti. Lo otro, dejar que se apodere, es rendirse. Después llega la pena, ese sentimiento de sentir que no es justo que eso te pase a ti, qué has hecho, por qué esa lanza atraviesa tu costado, por qué se ríen y mofan de tu dolor. Hay que superarlo. Si dejas que el victimismo se apodere de ti, si te sientes víctima, te estás rindiendo, no luchando. Hay que luchar por sonreír, luchar por centrarte en todo lo bueno, todo lo justo que te ha pasado, pues en el camino hay piedras, pero también hay regalos, hay hechos injustos pero también otros...
Comentarios recientes